En estos veinticuatro años que llevo de vida, aparte de mis necesidades fisiológicas, lo mas constante que he hecho en mi vida es leer libros. Soy un come libros, desde pequeño he tenido la atracción, la seducción hacia los libros, de todo tipo suspenso, literatura latinoamericana, filosofía, biografías, etc.

He notado que mi círculo social de amigos posee visiones aberradas sobre la lectura, apoyan la idea de que los libros y el placer no almuerzan juntos, piensan que ellos solo son para el estudio académico de alguna materia, y nada más fuera de eso.

No solo pasa en mi círculo social sino en toda la sociedad latinoamericana. En el 2005 se dio a conocer un estudio sobre el índice de lectura en la población mundial, dicho estudio abarco la población de Europa, Norteamérica y Latinoamérica dando como resultado los siguientes índices: el individuo promedio europeo lee 7,5 libros al año, seguido por Estados Unidos con 4.5 libros al año y América Latina lamentablemente en el ultimo puesto con un asombroso índice de 0,4 libros por año. Esto deja mucho que desear, ¿cual es el problema?, ¿Falta de incentivo a la lectura acaso?, ¿culpa de los padres, la sociedad o de los entes educativos de las naciones?

La pasión se contagia no se impone.

Unos de los errores que posee la educación latinoamericana a mí modo de ver es el poco atractivo de la literatura utilizada en la programación escolar, la propuesta literaria circunda en los siguientes libros: la Ilíada, la Odisea, Don Quijote de la Mancha, Cien Años de Soledad, entre otros. Son unos de tantos libros que se difunden en clases de lenguaje en aulas de nuestro continente. ¿Acaso es atractivo para los niños este tipo de lectura?, tomemos un corto extracto de Don Quijote de la Mancha:

“Dos o tres veces hizo este viaje, en compañía del tagarino que había dicho. Tagarinos llaman en Berbería a los moros de Aragón, y a los de Granada, mudéjares; y en el reino de Fez llaman a los mudéjares el-ches, los cuales son la gente de quien aquel rey más se sirve en la guerra. »Digo, pues, que cada vez que pasaba con su barca daba fondo en una caleta que estaba no dos tiros de ballesta del jardín donde Zoraida esperaba; y allí, muy de propósito, se ponía el renegado con los morillos que bogaban el remo, o ya a hacer la zalá, o a como por ensayarse de burlas a lo que pensaba hacer de veras; y así, se iba al jardín de Zoraida y le pedía fruta, y su padre se la daba sin conocelle…”

¿Como piensan que un niño de 14 años va a encontrar atractivo una lectura como esta?, Don quijote al igual que los libros anteriormente mencionados son obras maestras de la literatura -estamos de acuerdo- pero son profundas, complejas y duras de digerir, hay casos donde se utilizan palabras extintas de la lengua española, libros que para muchos son “leíbles” ya en edades maduras. Creo que eso puede ser el rizoma que incitan el alejamiento del niño de la lectura, puesto que lo ve como un trabajo, un esfuerzo. Creo que la educación debe de adecuar la lectura a la edad del niño para así crear un sentimiento de afinidad para con los libros. Por eso el niño prefiere – y con razón- la televisión puesto que brinda un recreo o distracción. ¿Creen ustedes que si en la televisión existiesen solo programas de análisis de la ética, biografía de filósofos y reflexiones sobre el universo, los niños tuvieran el mismo hábito y fijación hacia la televisión como en los tiempos de ahora? realmente lo dudo.

La lectura también es una diversión y debe ser orientada e incentivada por los maestros, profesores y padres, mediante libros acordes con la edad y el interés de los pequeños y no viceversa.