Abres los ojos y miras alrededor. Observas todo lo que te rodea ¿qué vez? ¿El sol comienza asomarse por el horizonte o la penumbra continua con nosotros? ¿Se escucha en el fondo el constante transitar de carros o hay un silencio madrugador? ¿Tu esposa sigue durmiendo a tu lado o ya comenzó los quehaceres del hogar? Todo lo que percibes con tus ojos, oídos, manos y boca es lo que llamamos realidad.


Lo primero que debes aprender es que realidad es absoluta y objetiva. Puedes desear, creer y soñar que tienes la razón, eso a la realidad no le afecta en nada. Tampoco si una persona o veinte millones de personas tienen un punto de vista sobre algo, ello no significa que sus argumentos sean reales. Si robas a una persona por muchas excusas que tengas… es un hecho. Puedes sobornar a la autoridad para salir del problema pero el robo sigue siendo parte de la realidad.


¿Porque te digo esto? Pues lo digo porque el rizoma de toda la maldad de gobiernos, líderes políticos y medios de TV se ha creado por la violación de esta importante ley. Los políticos utilizan el subjetivismo como medio de manipulación de contenidos cuyo único fin es hacer creer que la realidad es otra.


Ahora bien, ¿como sabemos lo que es verdad y lo que no lo es? Comencemos con los sentidos: la vista, el gusto, el oído, el tacto y el olfato, ellos te dan “datos o base informativa”. Luego mediante el “proceso de razonamiento” se integran esos datos para formar conceptos, estos son aislados mediante la abstracción extrayendo deducciones e inferencias, logrando así conclusiones. Luego la pregunta próxima seria ¿Cómo sabemos si nuestras conclusiones son las reales? La información que llega a nuestros sentidos y el proceso de razonamiento se unen mediante un engranaje universal llamado lógica. Con el uso de la lógica evitamos contradicciones de un mismo contexto, por ejemplo, si tú como individuo condenas el asesinato, no puedes apoyar el asesinato de tu mayor enemigo. Si tú apoyas la libre expresión no puedes censurar a un grupo que piense diferente a ti. Un análisis es válido cuando al verlo desde diferentes puntos de vista no se contradice a sí mismo.


Lo anteriormente expuesto solo se puede obtener mediante procesos de pensamientos. Pensar o no pensar es voluntario. Puedes repetir lo que dicen las personas pero si deseas saber si esa información concuerda con la realidad debes utilizar tu propia mente para obtener tus propias conclusiones. Esto requiere un estado completo de concentración. Desde el punto de vista psicológico, la elección de pensar o no, es la elección de enfocar la mente o no.


Entonces, ¿Estás listo para enfocar tu mente y ver la realidad tal y como es?…