La comunidad gay alrededor del mundo ha luchado durante décadas para hacer valer sus "derechos". Millones de pies han marchado, cientos de kilómetros han recorrido, en las más importantes calles del mundo se han escuchado sus consignas exigiendo participación laboral, no discriminación, matrimonio, entre otros. Estos esfuerzos han generado la promulgación de leyes “pro-gays”, es decir, legislaciones "especiales" para la comunidad o grupo. Pero promulgar dichas leyes es afirmar que son diferentes a cualquier otro individuo de la sociedad (discriminación positiva), lo que es totalmente falso.


“No hay necesidad de promulgar leyes pro-gays, la lucha es por hacer cumplir el principio de igualdad ante la ley.”


¿Qué es lo que tenemos todos en común? Todos somos individuos, es el termino base, no discrimina, no excluye. Se debe entender a un individuo como una entidad independiente y soberana, que posee un derecho inalienable a su propia vida, donde un grupo, como tal, no tiene ningún derecho sino los derechos individuales de sus miembros. Ante la ley, todos debemos ser tratados con igualdad, sin importar la raza, credo, clase social, género o interés sexual, la lucha se debe dirigir para hacer cumplir este principio.


“Toda pareja de individuos tienen el derecho de formalizar ante la sociedad su unión afectiva.”

No hay que legislar para permitir el matrimonio gay, hay que defender el derecho de dos individuos a casarse (sea del sexo que sea), repito todos somos iguales ante la ley. De la misma forma estos individuos adquieren los respectivos derechos para ser padres y/o para adoptar. También tendrán los mismos derechos civiles para la repartición de bienes, en caso de divorcio o de sucesión, en caso que fallecimiento.


“La discriminación no se debe legislar.”


El dueño de una empresa tiene todo el derecho a prohibir la entrada a un gay en su propiedad, así como el propietario de un canal religioso tiene todo el derecho a no permitir programas ateos en su canal. Hay que entender que cada quien puede hacer dentro de su propiedad lo que le plazca, siempre y cuando no viole los derechos de otros individuos o viole contratos previamente acordados. La discriminación se combate organizando boicot dirigido a la empresa o individuo, informando de los tratos a sus clientes o simplemente eligiendo otro lugar o creando un sitio propio.


“Los trabajos se consiguen mediante la persuasión, no la imposición.”


Si un empleador no contrata a una persona totalmente capaz para un trabajo sólo por el hecho de ser gay, otro empleador -el inteligente- lo hará. Ningún empleador debe estar obligado a aceptar a un gay en su empresa. Los trabajos se logran demostrando las capacidades e inteligencia a seres igualmente capaces e inteligentes, siempre mediante la persuasión, no la imposición. Cuando las mujeres comenzaron a graduarse de profesionales, las médicos por ejemplo, fueron marginadas por colegas y dueños de clínicas, incluso hasta por los mismos pacientes, pero lograron cambiar la forma de pensar de todos demostrando sus capacidades y conocimientos. De esta misma forma los gays han escalado dentro de la sociedad, demostrando que una persona gay pueden ser igual que cualquier otro empleado o empresario.

La victimización no es la vía para cambiar la mentalidad de una sociedad, la clave está en luchar por ser tratados como iguales, luchar por su derecho como individuo, luchar con la frente bien en alto demostrando con hechos que no son diferentes al resto de la sociedad, son igualmente competentes, igualmente inteligentes, igualmente humanos.